ESTAS INVITADA AL TRONO DEL REY
La biblia nos enseña que a través de la oración podemos ir al trono de los regalos de Dios (trono de la gracia) y pedir todo lo que necesitamos. "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." Hebreos 4: 16.
Podemos decir entonces que la oración es el derecho que Cristo conquistó para nosotros de entrar en el palacio del rey de reyes y ubicarnos justo ante su trono para presentar nuestras peticiones, pero El es espíritu y su reino es espiritual, así que necesitamos que nuestro espíritu, a través del Espíritu Santo haga posible ese acercamiento en la oración.Charles Spuegeon (1871), dijo: "En la oración no venimos, al lugar donde se reparten limosnas de Dios, donde Él dispensa Su favores a los pobres, ni tampoco venimos a la puerta trasera de la casa de la misericordia para recibir las sobras. Cuando oramos, estamos en el palacio, sobre el piso reluciente del propio salón de audiencias del grandioso Rey, y de esta manera somos colocados en una posición ventajosa. En la oración, estamos allí donde los ángeles se postran con sus rostros cubiertos por un velo; allí, exactamente allí, es donde los querubines y los serafines adoran, delante del mismo trono al que ascienden nuestras oraciones. ¿Acaso iremos allí con peticiones raquíticas y una fe estrecha y contraída?. No, no es propio de un Rey regalar centavos y peniques. Él distribuye piezas de oro puro. No distribuye migajas de pan ni sobras, como lo tienen que hacer los pobres, sino que Él hace un banquete de manjares suculentos, de gruesos tuétanos y de vinos purificados." Es para mi algo admirable la revelación que este hombre de Dios tuvo en el siglo XIX, y que hoy en día en el siglo XXI. dos siglos después, aún no entendamos que el Dios que tenemos es Rey todopoderoso y está dispuesto a darnos lo mejor. Dios nos está invitando a su trono de gracia pero es necesario dejar la mentalidad de mediocridad, de escasés e incredulidad para que nuestras peticiones sean dignas de un rey de tal embergadura.
No es fácil delastrarnos de nuestros escasos pensamientos de nuestra humanidad caída, pero nuestra mente puede ser renovada por la palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo para ser capaces de entender lo que podemos obtener en el trono de su gracia, y digo como Pablo "...no pretendo haberlo ya alcanzado pero prosigo al blanco..." Dios ha tratado conmigo por mucho tiempo con respecto a esto. porque por circunstancias de mi niñez y el entorno familiar donde crecí era pesimista y negativa y aunque he avanzado mucho, aún tengo un largo camino por recorrer, pero te puedo asegurar que sí se puede cambiar.
Hace poco nos encontrábamos orando un grupo de intercesores de mi iglesia y pudimos tener una experiencia espiritual tremenda donde fuimos conducidos al trono de la gracia y el Señor nos decía "vengan al trono de los regalos de mi Padre y nada les será negado, pidan lo que necesitan, lo que desean, no se limiten, ensanchen el sitio de su tienda y las cortinas de sus habitaciones, no sean escasos (Isaías 54)".
Pudimos ver en el mundo espiritual cosas tremendas y percibir su presencia como Rey, es así como debemos ir a la oración y obtener lo que sería imposible de obtener en lo natural, en nuestras fuerzas y en nuestra sabiduría humana. Necesitamos entender que no vamos a pedir según nuestras posibilidades ni según nuestros méritos, es decir, si lo puedo hacer yo y si lo merezco, ¿para qué pedirlo a Dios?.
Hagamos como la reina Ester, entremos ante el rey con nuestra mejor petición y lo escucharemos decir "Hasta la mitad del reino te daré".
Y para finalizar dejemos claro que es el trono de LA GRACIA, (el favor inmerecido de Dios hacia los hombres) lo cual implica que en la medida que es un trono de gracia, las fallas del propio peticionario no impedirán el éxito de su oración. ¡Cuántas fallas hay en nosotros! ¡Cuán incompetentes somos para acudir a un trono, nosotros, que estamos corrompidos por el pecado por dentro y por fuera! ¿Se atrevería cualquiera de ustedes a pensar en orar si no fuera porque el trono de Dios es un trono de gracia? Si ustedes se atrevieran, yo confieso que no podría. Es sólo por gracia a través de el sacrificio de Cristo que tenemos acceso a tu trono y derecho a recibir respuesta a nuestras peticiones. Así que si acudo al trono de la gracia de Dios en oración, podré estar consciente de mis defectos, mas sin embargo, hay esperanza.
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